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El vehículo eléctrico: 800.000 empleos en Europa en cinco años

  • Esa cifra ha sido anunciada por el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, hace sólo unos días como una de la previsiones que maneja. Así lo anuncia Aedive que se suma a la conclusión que indica que “el coche eléctrico no tiene marcha atrás”. Durante el año de la pandemia y pese a la notable disminución de la movilidad, el ejercicio resultó satisfactorio para el sector porque en Europa se vendieron más de un millón de unidades, cifras históricas porque sólo un año antes eran el 3 % de las ventas y en 2020 alcanzaron ya el 10 %.

En 2022 habrá 500 modelos diferentes disponibles en todo el mundo y las ventas se cuadruplicarán en cinco años hasta superar los ocho millones de unidades, de acuerdo con la consultora Bnef. Seat anunció hace escasas semanas que empezará a fabricar uno de esos modelos en su fábrica de Martorell, dentro del proceso de reconversión energética que debe transformar el modelo productivo europeo.

No obstante, también aparecen dificultades en el horizonte. En la transición de esa reconversión, los 13 millones de trabajadores con los que cuenta el sector en Europa también corren peligro. La llegada del eléctrico ya ha obligado los fabricantes a despedir miles de trabajadores y, según UBS, en España hay 40.000 empleos en riesgo en el sector en los próximos cinco años. Todos los expertos aventuran un proceso de cambio lento y progresivo que, en el mejor de los casos, nos llevaría de los 10 millones de vehículos eléctricos actuales en todo el mundo a 100 millones en 2030.

¿Cuánto ha bajado el precio de las baterías?

El problema es que ese proceso de cambio progresivo debe llevarse a cabo en todos los ámbitos, por supuesto también en lo que se refiere a la infraestructura de recarga necesaria para el funcionamiento del vehículo eléctrico. Ese factor y el descenso de los precios de los vehículos nuevos se plantean como los dos grandes retos por resolver. Las baterías, que son el componente más costoso, van a la baja. Han pasado en una década de 1.200 dólares a los actuales 137 dólares por kWh, también según la consultora Bnef. Aumenta también la densidad en torno a un 4 ó 5 % anual y se reducen los tiempos de recarga se reducen. La propia consultora estima la competitividad auténtica del eléctrico en que ese importe de la batería baje de los 100 dólares por kWh y algunos lo vaticinan para dentro de sólo 2 años.

La presión regulatoria también se considera esencial para que los fabricantes de vehículos sientan la obligación de acelerar esa transformación del modelo, a la que todavía no se sienten del todo forzadas. La presencia de nuevos competidores, como es el caso de Tesla o de los fabricantes asiáticos, también contribuyen porque están avanzando significativamente en el vehículo eléctrico.

Inversión en redes eléctricas e infraestructura de recarga

Frente a las previsiones de que pueda duplicarse el consumo eléctrico diario en España si se alcanza el objetivo de cinco millones de vehículos eléctricos, las necesidades energéticas obligan también a aumentar la inversión en las redes eléctricas para adecuarse a ello. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima valora ese incremento en casi 8.000 millones de euros, un 50 % respecto a los niveles actuales, lo que implicaría también la generación de hasta 40.000 empleos directos y 35.000 indirectos. Lo mismo ocurre con la infraestructura de recarga, en la que aún queda un camino importante por recorrer. Frentea a las 200.000 electrolineras públicas en Europa, en España se llega como mucho a 10.000, diez veces menos que el número de surtidores de gasolineras actuales.

Fuente: Instaladores 2.0